¿Te habías planteado encargarle la traducción de tu web a una persona de tu entorno que habla perfectamente el idioma de destino de tu web? ¡Craso error!

Pedirle a un amateur que se encargue de traducir los contenidos web no es una buena idea. ¿Por qué? Porque el texto de un traductor no profesional puede estar repleto de faltas de ortografía, de sintaxis y de estilo. ¡Y eso no es todo!

Aquí te explicamos los motivos por los cuales no deberías encargarle a alguien de tu entorno la traducción de tu web.

 


 

¿Por qué no debería traducirte la web un traductor no profesional?

Errores de traducción de base

No es suficiente con ser nativo para poder traducir un texto correctamente. De hecho, es imprescindible dominar el idioma y tener una licenciatura, pero también trabajar en dicho idioma de manera profesional para conocer todas las dificultades que entraña la traducción. Cada idioma tiene sus especificidades, pero además la traducción web requiere ciertos conocimientos técnicos.

Por ejemplo, en inglés se utilizan mucho más las mayúsculas que en otros idiomas. Y las comillas se utilizan de manera diferente.

Un traductor español no puede traducir: «I’m late» por «Voy tarde». Tendría que utilizar las comillas correctas: «Voy tarde».

 

Una traducción de poca calidad y en un plazo demasiado largo

Una traducción realizada por un traductor amateur seguramente será de menor calidad que una traducción profesional.

De hecho, los traductores profesionales tienen amplia experiencia en el sector. Conocen los entresijos de la profesión y saben traducir un sitio web en función de las expectativas de los internautas y de los motores de búsqueda. Los textos son generalmente más claros, más pertinentes y están mejor redactados.

Además, un traductor o una traductora profesional se dedican profesionalmente a la traducción. Esto significa que le podrán dedicar toda su jornada laboral a la traducción, mucho más tiempo que un familiar, que simplemente se encargaría de la traducción para ayudarte.

Y por último, hay que destacar que los profesionales suelen trabajar con herramientas de traducción que les permiten agilizar el proceso.


Traductor amateur = nada de SEO

El Search Engine Optimization (SEO) es un aspecto clave en todos los sitios web. El posicionamiento natural condiciona el posicionamiento de tu web en los motores de búsqueda, especialmente en Google y Bing.

Los traductores no profesionales no controlan en absoluto las técnicas SEO. De hecho, si se encarga un amateur de traducir tu web, los contenidos no estarán optimizados. Las palabras claves y otras características necesarias para un buen posicionamiento no se tendrán en cuenta.

En cambio, los traductores profesionales y las agencias de traducción son totalmente conscientes de la importancia del SEO. Y cuentan con herramientas asociadas que permiten optimizar el contenido de tu web. Si recurres a un profesional, tu web tendrá más posibilidades de estar a la cabeza de los resultados naturales. Por esta razón, los editores de sitios web y responsables de marketing digital son cada vez más conscientes del impacto de una  traducción SEO en la adquisición de tráfico de calidad.


 

Las consecuencias de una mala traducción

Las consecuencias de una mala traducción son múltiples y todas catastróficas.

En primer lugar, la credibilidad de tu empresa se verá en entredicho por la mala traducción. Si un internauta entra en tu web y lee un contenido mediocre, con faltas de ortografía o falsos sentidos, sin ninguna duda se irá. ¿Cómo confiar en una empresa que no es capaz de proponer un contenido de calidad?

En segundo lugar, una traducción de mala calidad impactará tu imagen de marca. Tu web sera percibida como un sitio amateur y tu empresa puede ser considerada como poco seria.

 

En conclusión: una mala traducción tendrá un impacto en tu tasa de conversión y por consiguiente en tu facturación


 

 

¿Por qué escoger una agencia de traducción para realizar la traducción de tu web?

Una agencia de traducción es un valor seguro. No te decepcionará nunca una prestación realizada por una agencia.

Plazos cortos y traducciones de calidad

Las agencias de traducción se concentran únicamente en… ¡la traducción! Por lo tanto, si encargas la traducción a un profesional del sector, puedes estar seguro de que recibirás una traducción de calidad y en un plazo corto. De hecho, las agencias disponen de varios traductores y también de herramientas de traducción asistida por ordenador (TAO).

Y recuerda que todos los traductores de agencia tienen un diploma que certifica sus capacidades de traducción. Además, una práctica regular del idioma permite estar al día.

Por último, en una agencia, todos los contenidos traducidos los revisa otro traductor con ayuda de las herramientas TAO. Gracias a esto se minimiza la posibilidad de error.

Un precio de traducción no muy alto comparado con la calidad de la prestación

Las agencias de traducción suelen proponer tarifas más elevadas que los traductores amateurs. ¡Pero por algo ofrecen las mejores traducciones!

Además, la optimización SEO suele estar incluida en el precio.


Contratar una agencia es otro nivel. La agencia se ocupa de todo. Generalmente, los precios indicados incluyen una primera traducción, una revisión y la coordinación de la integridad del proyecto con una jefa de proyectos.

Hay que contar entre 0,10 € y 0,20 € por palabra origen (palabra del texto del idioma origen). El coste disminuye con el volumen: a mayor número de palabras, más barato. Esa es la ventaja de las agencias.

De hecho, traducir un sitio web implica traducir millones de palabras, especialmente las CGV y el aviso legal. Las agencias de traducción proponen tarifas decrecientes en función del volumen de palabras para traducir.

Solo las agencias utilizan las herramientas TAO (demasiado caras para los particulares). En ese caso, solo se facturan las «palabras nuevas». Cuando la herramienta encuentra la misma palabra varias veces, esta solo se factura una vez. Esto explica por qué, en grandes volúmenes, las agencias de traducción suelen ser más baratas que los traductores amateurs o traductores freelance.